Jul 1, 2016

El riesgo también se administra; aprende cómo

Cuando una empresa proyecta una inversión de su capital debe considerar esta gestión del riesgo ante los nuevos problemas que el mundo de los negocios padece, según expertos.

Todas las empresas prósperas, sin excepción, tienen que idear y decidir en algún momento de su desarrollo a qué proyectos destinarán sus inversiones del capital obtenido, para incentivar aún más el crecimiento que hasta ahora han conseguido. Pero existen nuevos riesgos que los expertos han detectado en esta etapa del liberalismo económico contemporáneo que las empresas deben aprender a administrar.
Cuando una compañía decide invertir su capital estamos hablando de proyectos, tan simples o complejos, como la renovación del mobiliario, nuevas contrataciones de personal, compra de espacios físicos para otras instalaciones, compra de software y equipo tecnológico, adquisición de otra empresa, apertura hacia otros mercados locales y extranjeros y hasta la compra e inversión en acciones en los mercados de valores.
Muchas proyectos se pueden concretar con el dinero suficiente, “no obstante, en los últimos años la gestión de los proyectos de inversión de capital se ha complicado aún más debido a nuevas condiciones como: trabajo en equipo con socios de diversas regiones, inmersión a nuevos mercados y nuevas tecnologías así como la falta del talento y experiencia en este tipo de proyectos”, menciona Accenture, firma especializada en consultoría, tecnología y outsourcing.  
Ante esta problemática -y sabiendo que más de la mitad de los proyectos termina con retraso, impactando la eficiencia del capital de las compañías-, Accenture identificó 4 principios fundamentales que comparten las empresas de alto desempeño en sus modelos de gestión del riesgo, que a continuación compartimos.

 Los cuatro principios fundamentales para una gestión efectiva del riesgo
 1. Gestionar el proyecto de inversión de capital como si fuera una empresa: Los administradores de proyecto deben pensar y actuar como si el proyecto fuera una empresa independiente y medir el éxito en términos de operación y financieros para el negocio. Esto se debe realizar a través de una visión del riesgo como una disciplina y la alineación del apetito y la tolerancia al riesgo del proyecto con el de la compañía. La organización debe contar con herramientas (incentivos, cultura y gobierno) que concuerden al nivel de riesgo predeterminado y se deben de crear alianzas de largo plazo con proveedores que compartan esta visión.
 2. Alinear a los socios del proyecto: Todos los involucrados deben de conocer la tolerancia al riesgo, procesos y enfoque relacionados al mismo. Facilitar la gestión del proyecto a través de un modelo de gobierno con una estructura clara donde las decisiones se toman de manera eficiente de acuerdo a indicadores relacionados al riesgo (Key Risk Indicators – KRIs); soportado por métodos formales de medición y resolución de disputas.
 3. Gestionar los riesgos No-Técnicos: Los riesgos más difíciles de cuantificar son aquellos relacionados con la regulación, la participación de los tomadores de decisión, la política local y con el impacto en la reputación de la empresa. A estos riesgos generalmente no se les da seguimiento ni se miden. Es indispensable tener una metodología que permita cuantificarlos, a partir de mejores prácticas. Cuando estos riesgos son gestionados como riesgos tradicionales, y se cuenta con un esquema de asignación de responsabilidades adecuado, se garantiza que las personas correctas estén participando en la toma de decisiones y se incrementa la eficacia del proyecto.
 4. Utilizar enfoques cuantitativos alineados a los objetivos estratégicos del proyecto: Todos los equipos de proyectos de inversión de capital deben cuantificar y poner a prueba su exposición al riesgo por medio de la utilización de técnicas cuantitativas. Para maximizar los beneficios a través de enfoques cuantitativos es indispensable que: el equipo que toma decisiones entienda los modelos y los resultados, y que se utilicen modelos que permitan realizar pruebas a la exposición al riesgo – no sólo a partir de información histórica – de manera que se pueda identificar el impacto de posibles eventos a lo largo del proyecto y definir planes de contingencia proactivos.
 “Las empresas deberán asumir que cualquier proyecto a gran escala estará expuesto a riesgos interrelacionados de un nivel de complejidad nunca antes visto. Sin una efectiva gestión no será posible identificar, evaluar, desarrollar planes de contingencia adecuados y monitorear estos riesgos, y por lo tanto, los objetivos del proyecto relacionados a tiempo, presupuesto, calidad y beneficios asociados se verán afectados”, señaló Horacio Vergara, managing director de Recursos en Accenture México.
Fuente: QuimiNet BY:Enrique Duarte